ETAPA 7

21 de septiembre de 2020


ETAPA 7

ALBARRACÍN - TERUEL

46,90 km.



La transición entre el colchón y el sillín cada vez la hacemos más rápida. Esta vez, los despertadores se han vuelto algo perezosos y comenzamos el día más tarde de lo habitual. Algo más de descanso no nos viene mal y la etapa de hoy es corta.

El día promete. La espalda de Antonio va mejorando. Con las alforjas montadas nos dejamos caer por la calle que baja al estacionamiento y atravesamos el túnel en busca de algún lugar donde tomar un café. A punto de abandonar Albarracín, encontramos un bar que acababa de abrir, justo al lado donde comimos ayer, y aprovechamos para realizar la carga de cafeína necesaria para mover las bicicletas.

Decimos adiós a este precioso pueblo pasando sobre el río Guadalaviar. Cuando finalicemos esta etapa en Teruel, este río habrá cambiado su nombre y pasará a llamarse Río Turia.

Recorremos la travesía del Barrio de Santa Bárbara y empezamos a ascender por una estrecha carretera , al ritmo que nos marca Antonio, hasta el Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno, pasando primero junto al Barranco del Cabrerizo que encontramos a nuestra izquierda. En cuatro kilómetros hemos ascendido 200 metros positivos.





En este punto del bosque encontramos el Centro de Interpretación de Pinturas Rupestres que datan entre el año 6000 y 2000 a.C.  Se encuentra cerrado y no encontramos a nadie por esta solitaria zona. Aún así, nos llevamos una fotografía de la información que obra a la entrada sobre el tipo de pinturas que existen.




Continuamos pedaleando y ascendiendo por estos preciosos y espesos pinares. La vista se pierde por las profundidades del valle y por la cresta de la montaña cubierta de pinos. Antes de que comience el descenso, me detengo un par de veces para llevarme un par de imágenes de este bonito lugar.





Llegamos a la cota más alta de la etapa de hoy, 1356 metros de altitud. La carretera continúa dando un rodeo para llegar al siguiente pueblo, pero nuestro track nos indica que cojamos el desvío a nuestra izquierda y emprendamos un trepidante descenso de algo más de 8 kilómetros en donde bajaremos la cotas de altura en 300 metros.




El rápido descenso, con algún que otro tobogán, genera un trabajo extra a nuestros cuellos por tener que estar pendientes del terreno y de no perder muchos detalles de los fabulosos paisajes que nos rodean. El Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno forma parte de la Sierra de Albarracín, y estamos a punto de dejarla a nuestras espaldas. 




Nos aproximamos al siguiente pueblo, Gea de Albarracín, donde pretendemos hacer una parada para tomar un café. Entramos al pueblo pasando bajo un arco que da acceso al centro urbano y a la estrecha calle Mayor que nos lleva hasta la sede del Ayuntamiento. Unos metros más adelante, volvemos a pasar bajo otro arco y llegamos hasta el Convento del Carmen. Nos comenta un paisano que dentro del Convento se puede tomar café, y así es. Una curiosidad más en este Camino.






Antes de continuar, Ricardo prefiere cambiar la cámara de una de las ruedas para que deje de darle problemas. Empieza a hacer calor y tenemos que aligerar ropa. El resto del recorrido se prevé rápido y con terreno favorable.





La salida del pueblo la hacemos por el arcén de la carretera, dejando atrás el Centro de Visitantes de un curioso acueducto que encontramos junto a la carretera y que mantiene uno de sus molinos.




Cuatro kilómetros después de dejar Gea de Albarracín, nos desviamos a nuestra izquierda y entramos en una larga, solitaria y descendente carretera que nos lleva hasta las proximidades de un gran pueblo llamado Cella. No llegamos a entrar en su casco urbano y lo bordeamos por un pequeño polígono industrial.

A quien quiera ir conmigo a cercar a Valencia
todos vengan de su grado, a nadie se le apremia,
tres días les esperaré en el Canal de Cella.
Versos 1192 y ss. CMC

Cella, "la del Canal", es citada repetidamente en el Cantar en alusión al acueducto romano que, bordeando la carretera, viene de Albarracín. Es Cella el lugar que el Cid del Cantar elige para esperar a los refuerzos que le ayudarán a conquistar Valencia.


Sin darnos cuenta, la leyenda de El Cid nos sigue acompañando en el viaje hasta Valencia. Su conquista más conocida va a ser nuestro premio y nuestro final del Camino. Ya falta menos.

Nos alejamos de Cella por un camino pedregoso pegados a una acequia. Antes de llegar a las vías férreas, entramos en un tramo rectilíneo de la Vía Verde de los Ojos Negros. Cerca la localidad de Caudé, nos sorprende la presencia del pequeño y desconocido Aeropuerto de Teruel.




Seguimos el tranquilo paseo próximo a las vías férreas y pasamos por otro pequeño pueblo, Concud. Seis kilómetros después llegamos a nuestro destino, la capital de la provincia por donde llevamos unos días pedaleando, Teruel.


Puso tributo a Daroca antes,
luego a Molina, que está por la otra parte,
la tercera a Teruel, que está más adelante.
(Versos 866 y ss. CMC)

Según el Cantar, el Cid cobró parias de Teruel, aunque muy posiblemente, por aquella época, Teruel solo fuera un puesto de avanzada fortificado. Fue en el verano de 1171 cuando el rey Alfonso II de Aragón dio a Teruel la categoría de villa, convirtiéndose en una "capital de frontera".



Para los que vivimos en Madrid, que fácil y sencillo nos resulta entrar o salir de otras ciudades dando pedales. El tráfico rodado es muy fluido y se respira tranquilidad. Llegamos al final de la etapa. El alojamiento elegido es el Hostal La Casona, junto a la Estación de Renfe y muy próximo al casco histórico.

Las bicicletas van a dormir en el garaje del Hostal. Nosotros, en una tranquila habitación que nos regala un reconfortante baño, preámbulo al momento esencial en toda ruta, las frías y espumosas cervezas que nos invitan a brindar por la feliz culminación de esta séptima y corta etapa.




Después de comer, llega el momento de descanso. Ricardo tiene localizado un local de lavados automáticos. Decidimos aprovecharlo para echar a lavar toda la ropa que llevamos. De esta forma, para las dos etapas que nos quedan llevamos toda la ropa limpia y no será necesario volver a lavar.

Mientras Antonio descansa su espalda, Ricardo y yo decidimos llevar la ropa a lavar y visitar el casco histórico de Teruel, pequeño pero muy bonito. Junto al Hostal tenemos La Escalinata del Óvalo que une la estación con el casco viejo, de arquitectura de ladrillo, cerámica y forja y un altorrelieve que reproduce una imagen de la historia de Los amantes.


La Escalinata del Óvalo


Relieve dedicado a Los Amantes


Con el hatillo de ropa sucia, nos acercamos hasta la Plaza de los Jesuitas y a la Plaza de Los Amantes, donde se encuentra el Mausoleo de Los Amantes. Nuestra intención era poder ver las sepulturas donde se recogen los restos de los amantes, pero la entrada al mausoleo agrupa las visitas guiadas al Mausoleo, la Iglesia, el Claustro, el Ábside y el Jardín; lo cual, nos iba a llevar mucho tiempo y teníamos que regresar con Antonio. Pero para llevarnos un recuerdo de estos dos personajes, unas fotos con el monumento junto a la puerta del Mausoleo nos sirve de recuerdo.  No obstante, cuelgo una imagen extraía de la web de la Fundación Amantes de Teruel del mausoleo.


Mausoleo (fotografía de la Fundación Los Amantes)


Los Amantes


Dejamos a la parejita y bajamos al centro emblemático de esta ciudad,  la Plaza del Torico. Se llama así porque en su centro hay una columna en cuya cumbre se encuentra un toro de pequeño tamaño con una estrella. Es una fuente que, en su parte inferior, cuenta con cuatro caños con forma de cabeza de toro.



El torico




Dejamos al torico tranquilo y llevamos el hatillo a la lavadora automática. como debemos esperar un buen rato, aprovechamos para seguir viendo lugares interés de Teruel. La siguiente parada la hacemos en la Plaza de la Catedral donde, al lado de la Catedral, tiene su sede el Ayuntamiento.

Ayuntamiento de Teruel


Plaza de la Catedral
 
Catedral de Teruel

El entramado de estrechas calle nos lleva a la pequeña plaza del Venerable Francés de Aranda, o Plaza del Obispo, detrás de la Catedral.
          
Plaza del Obispo

Seguimos haciendo tiempo y nos dirigimos a la Torre de San Martín y, por debajo, vemos el Portal de Daroca y parte de la muralla.

Torre de San Martín

Portal de Daroca


Torre de San Martín

Iglesia y Torre de San Martín

Después de recoger la ropa lavada, cargamos el hatillo y salimos del casco viejo junto a la Torre de El Salvador, con dirección al Hostal.


Torre de El Salvador

La ropa limpia regresa a las alforjas en espera de las dos últimas etapas. Un paseo con Antonio por el casco viejo y unas cervecitas, dan paso a la cena en la terraza del Hostal. Estamos cerrando el día y veo caras de dudas en Antonio y Ricardo por la larga etapa que tendremos que afrontar mañana y que nos llevará a recorrer unos 110 kilómetros.  Nos espera la Vía Verde de los Ojos Negros y sé que más que sufrir, vamos a disfrutar. Esta Vía Verde no tiene que ver en nada con lo que ya hemos recorrido y, aunque aparenta ser muy dura, sé que no lo va a ser. Espero haberles convencido. 

Cerramos el día en la silenciosa habitación del hostal, cada uno con sus pensamientos. El mío, que mañana va a ser un gran día. Ahora, a descansar.



DATOS DEL RECORRIDO:



PERFIL ALTIMÉTRICO




PLANO DE LA ETAPA



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